Por R RAMOS-PEREA
La compañera Senadora Ana Irma Rivera Lassénda conocer el día de hoy como un día celebratorio para al afrodescendencia.
El Instituto Alejandro Tapia y Rivera que tiene como columna de su tarea la investigación y difusión de la obra dramática, literaria e intelectual de los puertorriqueños negros, no puede estar más de acuerdo con esta designación, porque el asunto de la visibilidad, la lucha contra el racismo, el aprecio por la intelectualidad negra y la preservación de los más caros valores de la cultura afrodescendiente, si bien pueden honrarse este día, deben ser materia de honra a cada momento.
En el Instituto Alejandro Tapia y Riveray su Departamento de Estudios Afrodescendientes que dirige la Dra. Yvonne Denis-Rosario conservamos un gran acervo documental sobre el desarrollo de la Inteligencia puertorriqueña negra y sus enormes contribuciones al pensamiento no solo a nivel de lo que podría considerarse “folclórico” o histórico o perteneciente al periodo esclavista, sino al desarrollo impetuoso y revolucionario de múltiples pensadores negros que al igual que los blancos, y con el triple de sus dificultades, abrieron los caminos arduos de la identidad nacional. Caminos que, desde la infamante esclavitud hasta el BLM, han urgido a poner atención sobre lo que siente y piensa esta otra mitad del mundo.
No es secreto para nadie que el fruto de nuestras intelectualidades negras ha sido marginado ante las contribuciones del puertorriqueño negro a nivel social e histórico. Sabemos mucho del sufrimiento de la infamia esclavista, sabemos de cómo los prejuicios de antes aún perviven en todas nuestras estructuras sociales y políticas, pero sabemos muy poco de las luchas de los mismos negros por reafirmarse y exigir el mismo espacio que gozaron los intelectuales blancos, para exponer sus visiones del mundo que les ha tocado vivir.
¿Qué sabíamos de Derkes, Baldorioty de Castro, Sotero Figueroa, de Dessús, de Alonso Pizarro, de Carrión Maduro, de Carlos Casanova, de González Quiara, de Ramos y Brans, de Eleuterio Lugo, de Celedonio Delgado, de Thimotheé, Lefebre, de Francisca Suárez, Simplica Armstrong, de Cecilia Orta, de tantos intelectuales negros que hablaron desde sí mismos sin esperar que el intelectual blanco los definiera? De todos estos nombres y sus escritos y hechos, pudimos dar tres cursos en el ya desaparecido Centro de Estudios Avanzados gracias a la invitación de los Intelectuales Jaime Rodríguez Cancel y Miguel Rodríguez López; y la sed de saber de ellos por los nuevos doctorandos, era mucha, la misma de hoy, y ha sido muy pobremente satisfecha.
Pecado mayúsculo la pretensión de los intelectuales blancos de apropiarse de la voz del intelectual negro para acallarlo, porque no le convenían sus expresiones sobre las infamias que les toca vivir. Infamias que van desde la conquista misma, la esclavitud, la inquisición (recordemos la quema de esclavizadas vivas por la Iglesia Católica en 1591), y el mismo mestizaje violento y ultrajante al que fueron obligadas miles de esclavizadas negras desde el proceso colonial hasta muy entrado el siglo XIX.
Honremos este día, ya que su señalamiento por la Senadora Lacen, es un recordatorio necesario para esto que se honra hoy, se honre siempre.
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