RECONOCE
Por R RAMOS-PEREA
Repaso el libro de poesías de Luis Muñoz Rivera con extraño interés, que me nace porque vivo cansado de la poesía maniquea, de la poesía sexual, de la poesía victimizada y de la urgencia de un reconocimiento que no se merece.
Muñoz Rivera era buen poeta. Y fue buen político en aquellos primeros años en que fue legítimo heredero del gran Baldorioty. Luego de eso fue un tiovivo de asquerosidades, de glorias, de aciertos y de estrepitosas gansearías y bajezas (narradas y documentadas en el estupendo estudio EL JEFE de Nieve de los Angeles Vázquez). Esa es la naturaleza humana. Igual que José de Diego, su némesis, quien fue un esplendoroso poeta posromántico (basta releer A LAURA), para después devenir en un cobarde, hipócrita, misógino y traidor de la Patria Santa.
Volviendo a Muñoz Rivera y a sus "Retamas", encuentro en sus poemas una honestidad campechana, una sinceridad con visos de altanería que los poetas de hoy han perdido. Su sentido de la sátira y del cinismo me parecen audaces y certeros. En fin, no abundo porque de alguna manera prefiero disfrutarlo.
Su hijo jamás llegó a sus alturas. He escuchado muchas veces la anécdota, no sé si cierta, de que Muñoz Marín le llevó sus versos a su Padre sin decirle que eran suyos, y que éste los rechazó de manera cruda y violenta. No sé si de allí parte el odio que padre e hijo se profesaban (o de las muchas infidelidades del Padre) pero ciertamente, el rechazo paterno a su poesía debe haber contribuido al innegable hecho de que si bien como poeta era torpe y panfletero, como gobernante, pues ya sabemos...
Lo que quería decir, es que nunca confundamos lo desastroso de una vida, con lo maravilloso o excelente que pudiera crear esa misma vida. No es justo. No es veraz.
Gautier Benítez, el más grande Bardo de nuestro Siglo XIX, vistió el uniforme de las milicias españolas que arrestaron y encarcelaron a los presos del Grito de Lares.... o cuestionaríamos las prédicas del Maestro Albizu Campos solo porque vistió el uniforme del Ejército de Estados Unidos? ¿Rechazaría la grandeza de sendas inmensas e inmortales obras por eso? Solo un necio haría tal.
Si bien vida y obra están profunda y sociológicamente unidas, (sobre todo en los poetas), la obra está ligada a diversos y separados momentos de la vida. Lo que se escribió un día puede no tener relación alguna con lo que se hizo o dijo después. Juzguemos las cosas en sus motivaciones y en sus contextos. Leámos sin prejuicios.
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